Quisiera volver abrir mi libreta roja y abrirme yo un poco más en ella, como hacía tan a menudo. Pero al parecer sellé su cubierta a golpe de candado y no puedo recordar dónde guardé la llave. Y lo peor de todo es no poder recordar un cuándo, un cómo o un por qué.
Quisiera perderme entre las historias de mis libros, de la gente, de los genios que pisaron el suelo que yo piso, del más cercano y del más lejano, el más querido y el más odiado. Historias que en su día lograron empañar mi mirada y que hoy no puedo saborear por temor a que se me nuble.
Quisiera no sentir esa extraña y desagradable sensación que se enreda entre mis sábanas en medio de la noche y me dice que voy a necesitar aferrarme a algo más sólido que una almohada si quiero soñar y recordar mis sueños a la mañana siguiente.
Abrazar y no comprender nada. Bailar en la cuerda floja y sentir vértigo al mirar al frente. Saber que todo tiene su oportunidad y distinguir cuándo es nuestro momento.
Hoy sí.
muy bonito bicho!
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